Que levante la mano quien tenga ganas de que el sol vuelva a visitarnos y si puede ser que se quede por un tiempo.
En el norte estamos tan necesitados de sol, que en cuanto vemos un rayito, nos vamos corriendo a la playa, aunque sea para jugar un ratito con la arena. Y eso es lo que hicimos mis papás y yo hace unos días.
Me lo pase genial y disfrute un montón. Se me había olvidado la sensación de pisar la arena porque desde octubre no habíamos tenido una temperatura tan agradable para estar en la playa.
Al principio me resulto muy extraño pisar la arena, pero después cogí confianza y no podía parar quieto.
Si tenia ganas de sol para salir más al parque, ahora que he recordado lo que es jugar en la arena de la playa, tengo muchas más ganas de sol.