El pasado domingo, 22 de diciembre, celebramos el día de Santo Tomás. ¿Que se celebra ese día? Os cuento un poquito su historia, bueno la que me han contado mis papás a mi.
La fiesta de Santo Tomás comienza a mediados del Siglo XIX, cuando la mayor parte de los terrenos eran cultivados por arrendatarios.
En esas fechas, los caseros que vivían en esas tierras, bajaban a San Sebastián a pagar las rentas y aprovechaban para adquirir productos de los que no disponían en los pueblos y a su vez, vender mercancías en la ciudad, surgiendo así la Feria de Santo Tomás.
Con el tiempo, la costumbre evolucionó hasta transformarse en tradición. La costumbre principal es comer un bocadillo o talo de txistorra y beber sidra.
La Parte Vieja de San Sebastián se llena de puestos en los que se venden estos bocadillos. Los lugares principales son la Plaza de la Constitución y la Plaza Gipuzkoa. Pero todos los pueblos de Gipuzkoa tienen su propia feria de Santo Tomás. Los puestos suelen estar atendidos por organizaciones o colegios para ganar dinero para el viaje de fin de estudios.
El talo es una especie de torta de harina de maíz y agua, sin levadura, cocida a la plancha, que se utiliza en vez del pan, para acompañar la txistorra.
También es tradición, la rifa de un gran cerdo, que se exhibe durante todo el día. Normalmente participan en la rifa gente dedicada al mundo de la ganadería y carnicería, para la posterior venta del genero.
Para seguir con la tradición, me vistieron con el traje típico de los caseros. El conjunto esta compuesto por una camisola negra, un chaleco de borreguito (aunque imagino que en aquella época seria de oveja), pantalones a rayas, calcetines bien gorditos, y para rematar el conjunto, un pañuelo al cuello y la boina.
La abuela para rematar el conjunto me compró el bastón y la pipa de fumar, como los caseros viejecitos.
A mis papás y a mi nos gustaría felicitaros la Navidad a tod@s por si acaso no nos da tiempo a preparar algo para ese día.
Feliz Navidad a tod@s y que paséis unas muy felices fiestas!