Siempre hay que hablar de cosas divertidas, pero lo viernes especialmente. Y yo hoy os voy a hablar de los columpios.
Todavía son un pequeñajo pero mis papas probaron a montarme y ¿Qué paso? Que me gusta un montón.
En el parque hay una serie de normas en un panel y una de las cosas que dice es que solo pueden jugar en los columpios los niños a partir de 2 años. Pero mis papas creen que eso es un poco exagerado y decidieron montarme. Eso si, siempre con mucho cuidado y balanceándome muy despacio, que el columpio me queda un poquito grande y solo tengo 8 meses.
En ningún momento me he sentido extraño, al revés, parecía que me había montado en un columpio desde siempre. Nada más sentarme papa, me agarre con fuerza de las cadenas. ¿Y como sabia yo que tenia que agarrarme ahí? Imagino que es el instinto, no lo se.
Han probado a montarme en algún otro columpio como el balancín, pero para ese tipo de columpios si que soy pequeñajo. De momento me quedo con el columpio de toda la vida.
Sabéis cual es una de las cosas que mas me gusta de montarme en el columpio? Que mama se sienta delante del columpio y cada vez que me balanceo hacia ella me da un besito o me hace cosquillas en las piernas.
Por cierto, esta es mi mama y este es mi papa.
Os deseamos los tres un feliz fin de semana!